Juan Caloto se perdeu en los caminõs de la Obaessión. Depois de pirar diferentes lúpulos y pêssegos, chegou a ve de combinar lupulación ntiensa con el desfecho tradicional de todo banquete no velho oeste: una generosa rodela de abacaxi con raspitas de limón. Descascar abacaxis nunca és un problema para quien és obsecado por nuevas sensaciones sucásticas y cervejísticas.